Nací en Córdoba en 1980 y me críe en Yofre Norte, un barrio de laburantes de la capital. Me gustaba mucho jugar al ajedrez y a la pelota. Empecé a militar en el centro de estudiantes del colegio Manuel Belgrano, peleando contra el ajuste durante la crisis de los 90. Arranqué a trabajar en una remisería cuando estaba terminando la secundaria, en un programa de pasantías con mucho de precarización y poco de aprendizaje.
En 2006 me fui a vivir y militar a Mendoza, donde comencé la carrera de Sociología en la Universidad Nacional de Cuyo. Mientras tanto, trabajé. Todos los laburos te enseñan algo. En el call center, un trabajo con mucha presión y explotación, algo que no quiero ni para mí ni para nadie, aprendí a tratar con mucha gente. De mi experiencia como vendedor aprendí a ser persistente; tocar una y otra vez una puerta para ofrecer una corbata, patear la calle, planificar el laburo de cada día, tener que darle la vuelta para juntar la guita para llegar a fin de mes.
En las elecciones del 2013, fui elegido por primera vez diputado nacional por el PTS-Frente de Izquierda con el 14% de los votos, luego de una enorme campaña a pulmón. En el Congreso, junto mis compañeras y compañeros, cumplimos con todo lo que propusimos en la campaña: cobrar como docentes y poner nuestras bancas al servicio de la causa de las y los trabajadores, en las calles y con nuestros proyectos.
En 2015 fui candidato a presidente junto a Myriam Bregman. Luego me mudé a Buenos Aires. En 2017 he sido elegido nuevamente diputado nacional.
En el 2019 encabecé la fórmula presidencial del Frente de Izquierda-Unidad y este año soy candidato a diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires. Me dicen que nuestras ideas son utópicas. Ser de izquierda implica ciertos valores frente a las injusticias y respecto de los lazos de solidaridad. Yo soy una persona bastante despojada de lo material. Me criaron así, es parte de una tradición familiar. Ser de izquierda es un proyecto de vida que incluye un conjunto de convicciones. Estoy totalmente convencido de que hay que tirar abajo este sistema que no tiene para ofrecer más que miseria a las grandes mayorías. No me es indiferente que alguien la pase mal. Soy un orgulloso militante socialista.
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) nació en el 2011, y en estos años ha conquistado influencia política en millones de trabajadores, trabajadoras y jóvenes. El programa del FIT tiene como bandera la independencia política de los trabajadores y trabajadoras frente a todos los bloques capitalistas, y un programa para que la crisis la paguen ellos y no nuevamente las grandes mayorías. Somos antiimperialistas, anticapitalistas, socialistas y luchamos por un gobierno de los trabajadores de ruptura con el capitalismo, basado en la movilización como herramienta para llevar adelante nuestro programa.
Son parte destacadas figuras como Nicolás del Caño y Myriam Bregman, decenas de bancas nacionales, provinciales y municipales a lo largo y ancho del país, y miles de militantes, luchadores y luchadoras no agrupados en cada fábrica, lugar de trabajo, escuelas, facultades y barrios.
El FIT está siempre presente en cada lucha de los trabajadores, las mujeres y la juventud. En 2019, presentó una fórmula presidencial que encabezaron Nicolás del Caño y Romina del Plá. Además, el frente unitario que reúne al FIT (PTS, PO, IS y MST), y agrupa a casi la totalidad de las fuerzas de izquierda, se encuentra presente en 23 de los 24 distritos del país.
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